Renta fija

Estrategias en renta fija:


Renta fija, cómo elegir el plazo


Cuando se espera que los tipos van a bajar es preferible invertir en plazos largos, mientras que si se espera una subida debe invertirse en plazos cortos (Ver explicación).

Si el producto de renta fija contratado (depósito, bono, etc.) se mantiene hasta el final se recibirán los intereses acordados, independientemente de que los tipos de interés hayan subido o bajado desde que se inició la inversión.

Pero si se invierte a largo plazo antes de que los tipos suban o a corto plazo antes de que los tipos bajen se incurre en el llamado coste de oporunidad.

Supongamos que en un momento dado es posible obtener un 6% invirtiendo en renta fija y se espera que en el futuro bajen los tipos de interés. Si un inversor contrata un depósito o un bono a 3 años, por ejemplo, se asegura que durante esos 3 años va a cobrar un 6% cada año. Si en lugar de eso lo contrata a 1 mes ese primer mes cobrará el 6%, pero si los tipos efectivamente bajan el segundo mes le pagarán un 5,75%, por ejemplo, el tercero un 5,60%, el cuarto un 5,50%, etc. y la rentabilidad total que habrá obtenido a lo largo de los 3 años renovando el depósito a 1 mes habrá sido inferior a la que hubiera obtenido contratando el depósito a 3 años cuando los tipos estaban en el 6%.

Cuando suben los tipos sucede lo contrario. Si el inversor contrata un depósito a 3 años con un interés del 3% justo antes de los tipos empiecen a subir obtendrá una rentabilidad menor que si contrata un depósito a un mes por el que obtendrá un 3% el primer mes, un 3,25% el segundo mes, un 3,40% el tercer mes, etc.
Para simplificar los ejemplos se ha supuesto que el tipo de interés a 3 años es el mismo que a 1 mes. Lo normal es que no sea así y que el interés sea mayor cuanto mayor sea el plazo de la inversión. Esto no cambia la lógica sobre cómo elegir el plazo de la inversión, pero debe tenerse en cuenta al seleccionar un plazo u otro en la práctica. Esta diferencia de rentabilidad entre unos plazos y otros no es fija (el tipo a 3 años no es siempre un 0,50% superior, por ejemplo, al tipo a 1 mes) sino que varía según las circunstancias del mercado.



Renta fija en divisas de países desarrollados


Esta estrategia se realiza con divisas como el dólar estadounidense, la libra esterlina, el franco suizo, el yen japonés, el dólar canadiense, etc.

La rentabilidad viene dada tanto por el tipo de interés que dé la renta fija de ese país como por la evolución de la divisa. De los dos factores el más importante es la evolución de la divisa, ya que el interés que se consiga por un depósito es pequeño en comparación con lo que se pueden llegar a mover los cambios de las divisas en un año, por ejemplo. El tipo de interés que se se obtenga también debe tenerse en cuenta pero es algo secundario.

Analizar las divisas desde el punto de vista fundamental es muy complicado (mucho más que analizar una empresa, por ejemplo) porque en la divisa influyen todas las variables de la economía de un país y sus relaciones con las equivalentes de los demás países.

 Una solución asequible para el inversor particular es utilizar el concepto de “paridad del poder adquisitivo”, base del índice Big Mac. Este índice es relativamente fiable a largo plazo, aunque por supuesto no es infalible.

Es bueno complementar el análisis fundamental (índice Big Mac o cualquier otro sistema) con el análisis técnico y las velas japonesas.

Los instrumentos adecuados para realizar la estrategia son fondos de inversión que inviertan en renta fija o depósitos. Nunca debe hacerse comprando directamente billetes porque además de la posibilidad de robo, incendio, etc. se están dejando de ingresar los intereses correspondientes.
Como siempre que se invierte en renta fija debe estudiarse el plazo del instrumento que se utilice para desarrollar la estrategia.




Renta fija de países emergentes


La renta fija de los países emergentes tiene un riesgo bastante alto, similar o incluso superior al de la renta variable. En algunos países la seguridad jurídica es muy escasa o inexistente, por lo que deben ser evitados por los inversores prudentes por muy altos que sean los intereses que ofrezcan, ya que existe el riesgo real de que no paguen ni los intereses ni el capital invertido.

En algunos países emergentes sí puede resultar interesante invertir en renta fija, teniendo siempre claro que el riesgo que se corre es alto. Son aquellos países que están llevando a cabo reformas estructurales que les van a permitir tener un avance muy significativo en su economía. Esta mejora clara de su economía hará que los tipos de intereses caigan de una forma relativamente rápida en esos países, lo que provocará una ganancia importante a los inversores que hayan invertido en renta fija a largo plazo de esos países antes de la caída de los tipos.

En estas situaciones es importante que la inflación y el paro caigan de forma sostenida durante varios años acercándose a las cifras de los países desarrollados, a la vez que el PIB crece a tasas superiores a las de los países desarrollados. Analizar estas situaciones es complejo y no basta con mirar estas 3 variables, pero si la inflación y el paro se mantienen altos y el PIB no crece es peligroso invertir en esos países.

Además hay que tener siempre presente que se está invirtiendo en otra divisa, por lo que es fundamental la evolución del tipo de cambio entre la divisa del país emergente y la del país del inversor. Hay países emergentes que ofrecen rentabilidades altísimas, pero en su moneda. El problema es que su moneda se devalúa constantemente y la rentabilidad total medida en dólares o euros es claramente negativa.

Algunos de estos países que están mejorando y son interesantes como opción de inversión a veces emiten deuda en dólares o euros, con lo que el riesgo divisa queda eliminado. Pero para un inversor particular es muy complicado comprar directamente bonos del Tesoro de estos países, por lo que la forma habitual de llevar a cabo esta inversión es utilizar fondos de inversión o ETF's.

Un ejemplo de este tipo de países que han dado buenos resultados en el pasado son los países de Europa del Este que han ido convergiendo con la zona Euro. A finales de los 80 y principios de los 90 España y Portugal eran considerados países emergentes por muchos grandes inversores internacionales. Su entra en el euro a mediados de los 90 supuso una fuerte bajada de los tipos de interés y dio buenas rentabilidades a los que invirtieron en su renta fija antes de que cayeran los tipos.




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